De aventura por la sierra : El juego de la rana, callos de cabra y el getz.

De regreso de salamanca, decidí pasar a ver a mi familia, que vive en el nordeste de la provincia de cáceres. Desde Salamanca a mi pueblo se puede ir, la mayor parte del camino, por autovía. Pero yo decidí tirar por la sierra. Me salí dirección «El Barco de Ávila» y de ahí a cruzar el valle del jerte: entre por la provincia de ávila y pasé a la de cáceres, por el camino me encontré pueblitos alucinantes, prácticamente anclados en el pasado. En uno de estos pueblos de sierra (navaconcejo??, no recuerdo el nombre), me paré a descansar y en una tasca me encontré con un juego alucinante, el juego de la rana. Hace tiempo que no veía este juego. Siempre pensé que era un juego al estilo de la petanca, vamos un juego que era ampliamente conocido y que dado su caracter estático y pausado, es ideal para los pensionistas. De pequeño lo veía en la residencia de ancianos donde trabajaba mi abuela y este año lo he vuelto a ver en un pueblo de sierra, al norte de cáceres donde paré (de camino a mi pueblo) a tomarme algo.

El juego de la rana

Este juego consiste en lanzar monedas, piedrecitas o lo que se acuerde. El objetivo es intentar colarlos en los agujeros. A continuación está la imagen de lo que me pusieron de «tapa» (vamos que no hay tapa, tienes que pedirlo). Al pedir algo para comer, la mujer me dijo que había «callos de cabra» que era un plato que apenas se hacía ya y que estaban recien hechos. Al principio me tiró para atrás, al probarlos pude degustar uno de los mejores platos que he tomado (a excepción del tasajo y de la sopa de tomate).

Callos de cabra

El getz que me alquilé, aunque eché mucho de menos mi golf. Se nota mucho la diferencia de coche 🙂 La conducción es cómoda pero la sensación de seguridad deja mucho que desear.

Getz aventurero

Un pueblo de casi el final de mi camino :

Pueblo

Sin duda repetiría el viaje, aunque la siguiente vez que lo haga, lo haré con mi compañero de carretera:

mi Golf